La brecha salarial y el control horario están estrechamente relacionados, ya que el registro de jornada permite detectar desigualdades en la duración y remuneración del trabajo. Este control es clave para verificar si las personas trabajadoras reciben un salario justo por las horas efectivamente trabajadas.
Una jornada no registrada o mal registrada puede ocultar discriminaciones, especialmente hacia mujeres, que suelen asumir más tareas de conciliación. Por ello, el control horario ayuda a visibilizar diferencias y fomentar la igualdad salarial.
El registro horario actúa como herramienta de transparencia. Permite comprobar si existe correspondencia entre las horas trabajadas y los salarios percibidos por cada persona. De esta forma, se pueden identificar desviaciones injustificadas entre trabajadores en puestos similares.
Cuando se aplica correctamente, el control horario impide que se oculten jornadas parciales mal remuneradas o tiempo extra no compensado, factores que alimentan la brecha salarial y afectan especialmente a las mujeres.
La normativa vigente obliga a todas las empresas a registrar diariamente la jornada laboral, incluyendo la hora de entrada y salida. Esta medida busca garantizar el cumplimiento de los derechos laborales y la igualdad de trato entre trabajadores y trabajadoras.
El artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores establece esta obligación, que permite a la Inspección de Trabajo detectar prácticas discriminatorias que afectan a la retribución, facilitando el control de la brecha salarial y asegurando condiciones equitativas.
La empresa debe garantizar un sistema de registro horario fiable, accesible y no manipulable. Además, está obligada a conservar los registros durante al menos cuatro años y ponerlos a disposición de los representantes de los trabajadores y de la Inspección de Trabajo.
Esta transparencia permite comparar jornadas y retribuciones, identificando posibles desigualdades. Una empresa que no registra adecuadamente la jornada incumple la ley y puede estar encubriendo prácticas que perpetúan la brecha salarial.
El control horario permite detectar si las mujeres u otros grupos sociales trabajan más horas no remuneradas, sufren interrupciones por tareas de cuidado o están más expuestas a la parcialidad involuntaria. Estos factores contribuyen a la brecha salarial de género.
Mediante registros detallados, se puede comprobar si a igualdad de jornada y funciones, las mujeres perciben el mismo salario que sus compañeros. Por tanto, el control horario es una herramienta clave para avanzar hacia la igualdad retributiva.
Sí. Si a igualdad de jornada y puesto, una persona cobra menos, el registro horario sirve como prueba objetiva ante una reclamación.
Puedes solicitar una revisión salarial o presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo, aportando los registros de jornada.
Sí. Las pausas no retribuidas y las horas extra deben reflejarse correctamente para evitar desigualdades salariales encubiertas.
Sirve para comprobar si hay equidad entre jornada registrada y salario, ayudando a identificar y corregir brechas retributivas.